El Gobierno de la Ciudad de México no está de acuerdo con la gentrificación
La Ciudad de México no está de acuerdo con la gentrificación. Rechazamos este fenómeno que excluye a la población de sus barrios, colonias y comunidades.
Por ello, impulsamos políticas públicas de vivienda que fortalezcan el arraigo, con créditos accesibles para el mejoramiento y la construcción de vivienda en estas zonas.
También implementamos acciones para que las y los jóvenes accedan a vivienda en renta asequible y las familias a vivienda en propiedad con precios accesibles.
Desde el Gobierno de la Ciudad de México reiteramos nuestro compromiso con el derecho a una vivienda digna, en especial para las y los jóvenes, así como para las familias trabajadoras. Estamos aplicando políticas concretas para garantizar ese acceso, como nunca antes se había hecho en la ciudad.
Sabemos que la gentrificación puede excluir a quienes han vivido toda su vida en sus barrios, por eso destinamos recursos sin precedentes para generar condiciones que les permitan seguir desarrollando su proyecto de vida en su propia comunidad.
Pero de ninguna manera avalamos la violencia para enfrentar este problema. Rechazamos la violencia como método para resolver conflictos. Esta ciudad es de derechos y libertades. Respetamos las manifestaciones y expresiones sociales ante cualquier situación, pero no la agresión.
Hacemos un llamado a las y los jóvenes a debatir, proponer y actuar frente a la gentrificación y también frente a la violencia que pueda surgir en algunas manifestaciones.
La lucha contra la gentrificación no puede convertirse en una excusa para promover discursos de odio o prácticas discriminatorias. Rechazamos categóricamente cualquier expresión xenófoba en contra de personas migrantes, sin importar su origen, situación migratoria o motivo de llegada a la ciudad.
Nuestra ciudad ha sido históricamente un espacio de refugio, tránsito y acogida. Aquí recibimos con solidaridad a quienes huyen de situaciones difíciles en sus países, y también damos la bienvenida a quienes deciden establecerse en la Ciudad de México por convicción, porque valoran su diversidad, su cultura y sus oportunidades.
La defensa del derecho a la ciudad y del acceso a la vivienda debe ir de la mano con la defensa de los derechos humanos y la construcción de una ciudad incluyente.