Mensaje del Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, Durante la Ceremonia del 200 Aniversario del Archivo General de la Nación
JEFE DE GOBIERNO, MARTÍ BATRES GUADARRAMA (MBG): Licenciado Andrés Manuel López Obrador, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; doctora Beatriz Gutiérrez Müller; licenciada Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación; doctor Carlos Enrique Ruiz Abreu.
Dos años después de que se declaró la Independencia nacional y justo en el momento inmediato siguiente a la caída del Imperio de Iturbide, se aprueba la creación del Archivo General y Público de la Nación. Aquel momento formaba parte de la primera gran Transformación de nuestra patria, se estaban creando las bases jurídicas y políticas del nuevo Estado independiente.
El nombre del nuevo Archivo no era casual, los papeles no eran de una institución u otra, sino del nuevo Estado, por eso se llama Archivo General; los documentos no eran propiedad de un rey o un emperador, ni siquiera de un gobierno, sino de todos los mexicanos, por eso se llamó Archivo Público.
Durante la Guerra de Intervención Francesa, este Archivo de la Nación anduvo peregrinando junto con el presidente Benito Juárez, de ese tamaño era su importancia. Los documentos del Archivo no solo conformaron la base jurídica para la actuación del gobierno, sino también para el ejercicio de los derechos de las y los mexicanos, así lo demuestra la historia de los pueblos, cuyos documentos se resguardan en los fondos de este archivo.
Pondremos un ejemplo emblemático: en su obra “Raíz y razón de Zapata”, el profesor Jesús Sotelo Inclán refiere que un primo del general Emiliano Zapata, Francisco “Chico” Franco, le contó que, en una ocasión en medio de los combates, acudieron unos revolucionarios del estado de Michoacán a conferenciar con “El Caudillo del Sur”, para cerciorarse de su sinceridad y de sus intereses revolucionarios.
El general mandó llamar a “Chico” Franco, ordenándole llevar ante él, “el tesoro”; “Chico” se fue y después de un rato regresó con una caja de latón y la entregó a su jefe; este la abrió y le mostró a los michoacanos la razón de su lucha: los documentos que durante siglos habían generado los representantes del pueblo de Anenecuilco para defender sus derechos ante el implacable avance de las haciendas, siglos de conciencia colectiva, de esfuerzo constante por construir derechos mediante la defensa de las tierras y aguas, por alcanzar la justicia, estaban representados en esos documentos que eran traslados, o sea, copias de los originales que se resguardaban en los acervos de las instituciones.
Los documentos son, tal como puede observarse, materialización de largas luchas del pueblo.
Los documentos resguardados aquí, aquí donde estuvieron presos Heberto Castillo, José Revueltas, David Alfaro Siqueiros, dan cuenta también de las traiciones del régimen político que, en las últimas décadas del siglo XX y primeros años del siglo XXI, reprimió ferozmente las luchas del pueblo, permitió acumular inmensas fortunas al amparo del poder y privatizó los bienes de la nación.
La obra social, progresista, libertaria de la Cuarta Transformación también quedará como memoria viva en este Archivo General de la Nación.
Quiero terminar recordando lo que decía el maestro Arnaldo Córdova: la historia es, ante todo, memoria del pasado en el presente, es una recreación colectiva incluso cuando se la convierte en ciencia, es decir, en explicación en respuesta a los porqués del presente y en la afirmación demostrable o sujeta a demostración; es, sobre todo, el hogar de la conciencia de un pueblo.
Muchas gracias al Archivo General de la Nación, por resguardar durante 200 años nuestra memoria histórica y felicidades a todo su personal.
Muchas gracias.