Mensaje de las palabras de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo; y del presidente de la República de Chile, durante la entrega de reconocimiento como Huésped Distinguido a Gabriel Boric, presidente de la República de Chile

Publicado el 24 Noviembre 2022

JEFA DE GOBIERNO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO (CSP): Muchas gracias, muy buenas tardes.

Presidente Gabriel Boric Font, estamos muy contentos de que esté con nosotros el día de hoy; a la Embajadora de Chile en México, a la señora Beatriz Sánchez Muñoz; a la queridísima Embajadora de México en Chile, Alicia Bárcenas Ibarra; al doctor Rafael Guerra, presidente del Poder Judicial; y a Gerardo Villanueva, en representación del Congreso de la Ciudad de México.

Preparé unas palabras si me permite, Presidente.

Estoy segura de que la emotividad, la ternura y alegría que impregnan mis palabras no quitarán solemnidad a esta ceremonia en la que la Ciudad de México da la bienvenida a usted, en su calidad de Presidente de Chile y lo nombramos Huésped Distinguido.

Es una emotividad de raíces profundas, producto de la semilla de esperanza, de certeza histórica sembrada por las palabras del Presidente Salvador Allende al anunciar que, más temprano que tarde, volverían a abrirse caminos para construir sociedades mejores; y de esta visita hace 50 años, que aun los jóvenes recuerdan.

Estas grandes alamedas transitan en la construcción de sociedades que son mejores porque amplían y garantizan libertades; promueven, amplían y garantizan derechos; combaten la discriminación, el clasismo, el racismo y encuentran caminos para que el desarrollo económico se convierta en prosperidad y el bienestar sea para todas y todos, y no solo para unos cuantos.

Rescatamos la palabra “hermandad'' para aplicarla con ternura a la relación que nos une con la República de Chile; pueblos hermanos que aprenden juntos. La presencia chilena en México, el ejemplo de Salvador Allende, nutre toda una época de intercambio cotidiano que sigue presente en diversos ámbitos de nuestra sociedad.

Le cuento, señor Presidente, que mi generación se educó en un ambiente de deliberación racional, encuentro político, celebración cultural, educativo que floreció con la presencia de miles de personas del Sur del continente en el exilio, que enriquecieron la vida cotidiana en todos los ámbitos. La barbarie del golpe de Estado trajo a México y, en particular, a la Ciudad de México a miles de chilenos que, paradójicamente, engrandecieron familias y centros educativos; hijos de desaparecidos, asesinados o perseguidos fueron recibidos por el pueblo de la Ciudad de México. Por ello, nos hermana la independencia de la Colonia Española desde hace muchos años, pero más recientemente nos hermana el vínculo establecido con esa migración que enriqueció nuestra Ciudad.

Nosotros, crecimos escuchando y entonando las canciones de Inti-Illimani, de Quilapayún, de Violeta Parra y de Víctor Jara. Construimos nuestra historia moderna, solidarizándonos y enarbolando un discurso contra el autoritarismo, la represión, por la libertad, la democracia, la justicia y la igualdad. Crecimos hablando de la Patria Grande, de la América Latina.

Fue el descubrimiento de una nueva melodía en el habla y la distinta perspectiva en los mensajes. El cielo, único para todo el planeta, se mira distinto en el Sur, en la América del Sur, pero el presente y el futuro de la Patria Grande la construimos sobre bases semejantes: justicia, democracia y libertad.

El trabajo para conseguir la justicia social orienta las políticas públicas y las decisiones de los gobiernos emanados del movimiento social y político de lo que aquí en México llamamos la Cuarta Transformación de la Vida Pública.

En nuestro empeño por reducir la desigualdad, en la Ciudad de México hemos construido una Red de Movilidad Integrada en la que atendemos primero a los que menos tienen. Creamos parques públicos y saneamos mantos de agua donde antes había basureros y áreas en el olvido. Creamos una beca universal para estudiantes de escuelas públicas y creamos dos universidades donde hoy estudian 40 mil jóvenes que antes eran rechazados.

Por cierto, una historia común, aunque en tiempos distintos, nos hermana la participación en el movimiento estudiantil por la educación pública. Con fundamento científico y social propiciamos la transición energética con la central fotovoltaica más grande del mundo que estamos construyendo en una ciudad, al mismo tiempo que combatimos los negocios sucios facilitados por décadas de corrupción.

Un respeto irrestricto a los derechos humanos nos hermana. No olvidamos la salvaje represión del pasado, las prohibiciones y las profundas cicatrices que dejan, por eso es que tenemos como máxima luchar por ampliar las libertades y derechos, y gobernar con profundo respeto a los derechos de todas las personas.

Nuestros pueblos comparten el derecho a la memoria, a la verdad, a la no repetición. Por ello, el Gobierno de México y en su ámbito de competencia, el Gobierno de la Ciudad de México, sentamos las bases éticas, políticas e institucionales que impidan que las graves violaciones a los derechos humanos por parte del Estado se cometan.

Compartimos la lucha por los derechos de las mujeres, siempre fue tiempo de mujeres, solo que ahora mujeres y hombres, no estamos dispuestos a permitir que alguien lo olvide.

Miles de jóvenes como usted, señor Presidente Gabriel Boric, están nutriendo desde abajo, en las movilizaciones, en las calles, y también hoy en los gobiernos, en los congresos, un creciente movimiento latinoamericano por la paz y la igualdad.

Por toda la historia vivida y celebrando el presente de dignidad, tiene usted razón, hermosa palabra, le pido que acepte para usted y para su pueblo, el Huésped Distinguido de la Ciudad de México y las Llaves de la Ciudad de México, como constatación y refrendo de la hermandad que nos ha unido siempre.

Bienvenido, Presidente.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CHILE, GABRIEL BORIC FONT (GBF): Hago propio a lo vocativos que ya se han enunciado, le agradezco profundamente a todas y todos a través tuyo, Claudia, me atrevo a decir compañera, de estas distinciones que personalmente siento me quedan grandes, nosotros estamos recién empezando en la primera etapa de nuestra propia transformación en Chile, pero que las recibo con honor como un homenaje también al pueblo que represento.

Y permítanme leerles lo que dice, porque muchas veces a uno le entregan estos diplomas y los guarda, lo meten a un cajón y nunca saben qué pasó, pero en verdad esto me emociona y me invita estar a la altura, porque dice: “Huésped Distinguido a Gabriel Boric Font, Presidente de la República de Chile en reconocimiento a su lucha por garantizar los derechos sociales universales para todos los chilenos y desde la presidencia de su país, sumarse al movimiento latinoamericano para la construcción de la paz y la igualdad”.

Estos son deseos y declaración de intenciones que nosotros nos podemos olvidar, porque el nuestro lo entendemos como un gobierno de cambio, de transformación en donde si bien sabemos que los cambios se realizan paso a paso para que sean sostenibles en el tiempo, no podemos jamás renunciar a esa vocación de transformación en pos de mayor justicia e igualdad.

Hay veces en que pareciera que el statu quo quisiera imponerse y que el conservadurismo que gusta de mantener privilegios para unos pocos, frente al desmedro de las grandes mayorías, se impusiera por sobre esta voluntad de cambio; y cuando uno viene a lugares como este, la verdad es que queda inmediatamente contagiado de ese espíritu de transformación permanente y les agradezco por mantenerlo vivo aquí en la Ciudad de México.

Para mí la integración latinoamericana es esencial, la integración latinoamericana y el que Chile le hable al resto del mundo, porque somos un país integrado en el mundo desde América Latina y no desde una individualidad, es algo que es tremendamente importante.

Agradezco profundamente la solidaridad de México y el aprendizaje recíproco que hemos tenido con este país, que como decía un viejo profesor, es de las antenas creadoras del continente y el mundo. Y la verdad es que estando acá, uno no puede sino conmoverse con escenas, como los murales, por ejemplo, de la Casa de Gobierno o la Sala de Cabildo, pero también pensando en ese Tenochtitlan antiguo sobre el cual se construye esta ciudad y que todavía se puede respirar esa síntesis, esa América mestiza de la cual los mexicanos y las mexicanas están profundamente orgullosas.

Le contaba a la delegación… bueno no le contaba, sino que junto con la delegación que nos acompaña, tuvimos la oportunidad de estar hoy día en una pequeña escuela, en una escuela de los municipios del sur de la ciudad, en Coyoacán, una de las tantas escuelas que llevan el nombre de nuestra maestra y poeta Gabriela Mistral. Y ahí, una niña nos recibía hablándonos en zapoteco, y después, cantaban una danza de Gabriela Mistral, es justamente esa síntesis de diferentes culturas, convivencia entre diferentes culturas, lo que nosotros debemos abrazar, porque Chile tal como México, es un país diverso y la diversidad enriquece; y me parece que esa experiencia mexicana, es algo de lo cual nosotros también tenemos que beber.

Esta visita, como hemos contado en diferentes espacios hoy día, en el colegio, en la escuela Gabriela Mistral, también en el Senado de la República, ayer con el Presidente López Obrador y diferentes autoridades, coincide con los 100 años de la venida de nuestra maestra y poeta Gabriela Mistral.

Y es muy bonito ver como los nombres de Mistral y de también Salvador Allende, reverberan orgullo, un orgullo que no es nostálgico, sino que tiene mucho sentido de presente, porque tal como nos mostraban en la exposición –que están exponiendo aquí en el salón de al lado–, las frases que Allende pronunciara en noviembre del año 1972 en la Universidad de Guadalajara, instando a los profesionales no solamente de nuestra patria, sino de América Latina a luchar por mayor justicia social y a tener conciencia social por fuera de la torre de marfil, en que muchas veces se convierten las universidades, siguen plenamente vigentes.

Los recados que Gabriela Mistral le escribiera a Chile y a toda América, desde también las tierras mexicanas, siguen plenamente vigentes. Y yo a lo que aspiro es a que las palabras que colectivamente enarbolamos hoy día puedan sobrevivir también el paso del tiempo en la medida que también sean capaces de cambiar la realidad para bien, de mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos, es eso lo que nos inspira, saber que estamos asentados en una historia que es más larga que nosotros.

Y tal como hoy día, se recuerdan y se ven con orgullo los nombres de Morelos, de Guerrero, de Hidalgo, de Cárdenas o de Benito Juárez, no me cabe ninguna duda, Claudia, que mañana el tuyo también será recordado con alegría por los mexicanos y mexicanas.

Quiero decirle y reiterar que lo nuestro no es solo pasado, no es solamente una remembranza nostálgica, porque tu generación, decías que se formó junto a nuestros queridos Inti-Illimani, Quilapayún, a nuestros grandes de Víctor y Violeta. Y hoy día las generaciones actuales se están formando al ritmo de 31 minutos o de Mon Laferte, y están leyendo a Alejandro Zambra; y en Chile estamos leyendo también a los autores y las autoras mexicanas, pienso en Jacinta Barrera, pienso en toda la historia de Roberto Bolaños en México, pienso en tantos autores que han estremecido la conciencia y también nuestra juventud.

En mi caso desde Molotov, Control Machete. ¡Lo pasamos bien! Les recomiendo el documental “Rompan todo”, me imagino que lo han visto, donde se hace toda una trayectoria del rock latinoamericano, pero especialmente mexicano y tenemos mucho que aprender también de México.

Pero como les decía, no solamente pasado, sino también es presente y futuro, y es nuestro deber como gobernantes el seguir trabajando para que nuestros pueblos sigan siendo cada vez más hermanos.

Confío que hoy tenemos grandes aliados en el Gobierno mexicano para ello, porque comparten esta visión y compromiso. Tenemos que trabajar juntos para recuperar la economía post pandemia, para no volver al lugar donde estábamos en febrero de 2020, sino para trabajar por construir una nueva economía que sea más inclusiva, que sea más verde, en donde las mujeres sean protagonistas, tanto de lo público, de lo político, como de lo económico.

Tenemos que trabajar para renovar nuestro lazo de amistad y el compromiso común de combate a las profundas desigualdades que aún laceran a nuestros pueblos, y la pobreza que persiste en la región, eso no lo vamos a enfrentar solos, para poder sacarlo adelante necesitamos trabajar unidos.

La frontera, al final del día, son líneas ficticias que esconden diferentes identidades; y esas identidades, no me cabe ninguna duda de que, en Chile hay muchísimo más en común con un trabajador o campesino mexicano, que con una persona que espolio o viola los derechos de su patria.

Y, por lo tanto, creo y tengo la más profunda convicción que el intercambio comercial, que hoy día tenemos con México, puede aumentar; pero también, el intercambio cultural, el intercambio político, el intercambio social. Hoy día siento que esta es una oportunidad para renovar estos lazos de amistad y por mi parte quiero que sepan que estoy feliz y eternamente agradecido de la hospitalidad y el cariño del pueblo mexicano.

En nuestro país, tienen un país y un pueblo amigo con el que pueden contar. Y vamos a seguir trabajando para que esa integración sea cada vez más profunda y por, sobre todo, nunca olvidar, que nuestro pueblo sea quien vea los efectos de esta amistad y las consecuencias de una solidaridad entre países hermanos de América Latina, aunque tengamos tanta distancia geográfica.

Muchas gracias, Claudia; muchas gracias al Gobierno de la Ciudad de México, por esta calurosa bienvenida.