Instalan Grupo de Trabajo sobre Desigualdades Educativas en la Ciudad de México
● La SECTEI, a través de la Red Ecos, instala grupo de trabajo con el propósito de atender los desafíos estructurales de la educación en la Ciudad de México.
● Reúne a actores del ámbito académico, instituciones públicas y organizaciones civiles bajo una lógica de trabajo colaborativo y deliberativo.
● El grupo buscará cerrar brechas educativas derivadas de desigualdades económicas, exclusión étnica, lingüística, religiosa, de género y por composición familiar.
Con el objetivo de dar respuesta a los desafíos estructurales que enfrenta la educación en la capital del país, la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), a través de la Red Ecos, instaló el Grupo de Trabajo sobre Desigualdades Educativas, un nuevo espacio de colaboración entre sectores académicos, públicos y de la sociedad civil para cerrar brechas sociales, territoriales y de género en el ámbito educativo.
El propósito es incrementar el ejercicio pleno del derecho a la educación, con una mirada integral sobre el sistema educativo formal y comunitario al eliminar barreras estructurales como la desigualdad económica, la discriminación y la exclusión por motivos de raza, etnia, idioma, religión, género y composición familiar. Además, busca fortalecer las capacidades de docentes, facilitadores comunitarios y servidores públicos en temas de inclusión, derechos humanos y no discriminación.
El primer encuentro del grupo se realizó en el Museo Yancuic, en la alcaldía Iztapalapa, y reunió a autoridades, especialistas y representantes de instituciones educativas. Participaron el maestro Pablo Yanes Rizo, secretario de la SECTEI; el doctor Luciano Concheiro Bórquez, titular de la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México por parte de la SEP; la doctora Etelvina Sandoval Flores, subsecretaria de Educación de la SECTEI; la maestra Catalina Inclán Espinosa, investigadora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (UNAM); el doctor Yver Alonso Melchor Hernández, de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco; la doctora Leticia Montaño Sánchez, de la Escuela Nacional para Maestras de Jardín de Niños, y el doctor Ernesto Márquez Nerey, director del Museo Yancuic.
Durante su intervención, el titular de la SECTEI, Pablo Yanes, afirmó que “las desigualdades educativas constituyen un problema visible, urgente y colectivo”, por lo que es indispensable generar conocimiento, medir y cuantificar estas brechas, y traducir los hallazgos en políticas públicas eficaces. Señaló que “la educación es un derecho humano” y propuso repensar los proyectos educativos a partir de cinco dimensiones: educación para la vida, para los trabajos —no sólo para el empleo—, para la comunidad, la ciudadanía y la paz, así como impulsar una lógica de aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Destacó que esta iniciativa marca un hecho inédito en la Ciudad de México, al establecer una coordinación estrecha entre el Gobierno de la Ciudad y la Autoridad Educativa Federal. “Hablemos claramente”, dijo, “a lo que tenemos que entrarle aquí es al tema de las desigualdades educativas y hacerlas visibles, tratar de medirlas y cuantificarlas, pero sobre todo generar los instrumentos para formular políticas públicas que vayan en la dirección de abatir y cerrar esas desigualdades”.
Aunque la Ciudad de México registra el menor porcentaje de rezago educativo del país (9.7% frente al 19.4% nacional), Yanes advirtió que persisten importantes desigualdades de género, ya que el 60.1% de la población con rezago educativo son mujeres. De las 107 mil 444 personas analfabetas, el 68.65% también son mujeres, principalmente mayores de 60 años e indígenas. Las comunidades más afectadas se ubican en San Bartolo Ameyalco, en Álvaro Obregón; San Mateo Tlaltenango, en Cuajimalpa, y San Miguel Teotongo, en Iztapalapa.
En ese contexto, reiteró que “para la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, el tema educativo es central en su propuesta de gobierno, como lo es también para la presidenta, Claudia Sheinbaum”.
El doctor Luciano Concheiro, autoridad educativa federal en la ciudad, subrayó que las desigualdades en la educación tienen un origen político, además de componentes económicos, culturales y sociales. Consideró que estas condiciones representan “una violación directa a la dignidad y al derecho humano a la educación”. Señaló que, al igual que la salud, “la educación es un derecho humano fundamental”, por lo que debe ser garantizada y protegida con prioridad.
En su intervención, enfatizó la necesidad de abordar esta problemática desde una perspectiva territorial, reconociendo la “geografía de las desigualdades” como un eje central para comprender y superar las brechas.
A su vez, la doctora Etelvina Sandoval Flores apuntó que reducir las brechas estructurales en el ámbito educativo y social no es una tarea menor, y que sólo será posible mediante políticas públicas integrales, sostenidas en el tiempo, con perspectiva de derechos humanos, inclusión y justicia social. Añadió que “la educación no transforma por sí sola las condiciones estructurales, pero sí es una herramienta fundamental para la movilidad social, la participación democrática y el bienestar humano”.
La maestra Catalina Inclán, de la UNAM, compartió que en la última década se han consolidado tres grandes bloques de estudio sobre desigualdad. El primero se refiere a las desigualdades estructurales y el derecho a la educación, donde influyen factores como el origen social y la situación familiar. Dijo que son “desigualdades enlazadas que condicionan las posibilidades de una persona en su trayectoria de vida”. El segundo bloque se centra en las desigualdades dentro del sistema educativo, particularmente en poblaciones como niños en situación de calle, migrantes, jornaleros agrícolas, comunidades indígenas y personas fuera de la escuela, entre otras. El tercero se enfoca en la relación entre trabajo, escolaridad e ingresos, con énfasis en las oportunidades de movilidad social asociadas a la formación académica.
“Desde mi perspectiva, el hecho de coincidir, visibilizar nuestros temas es un gran momento de arranque”, concluyó Inclán.
El doctor Yver Alonso Melchor Hernández, de la UAM Xochimilco, reflexionó sobre la inclusión de las juventudes en sus diversidades. Cuestionó: “¿Cómo podemos integrar a las juventudes a estos espacios?”, con énfasis en aquellas que provienen de barrios marginados, forman parte de la comunidad LGBTQ+, tienen alguna discapacidad o viven situaciones de vulnerabilidad. Afirmó que “la inclusión no sólo debe limitarse a la representación, no es suficiente estar presente”, y que esta debe construirse a partir de “un profundo proceso de escucha, de escucha atenta, de escucha activa, en un proceso de justicia”.
Por su parte, la doctora Leticia Montaño Sánchez, de la Escuela Nacional para Maestras de Jardín de Niños, destacó que las instituciones de formación docente juegan un papel fundamental en la construcción de una educación más inclusiva.
Señaló que estas instituciones “van a posibilitar en muchos caminos el que nuestras infancias, nuestras juventudes, puedan encontrar otras apuestas en los espacios formales y no formales para la educación”. Reconoció que existe “una gran deuda histórica con la atención a la educación inicial”, y propuso intercambios entre instituciones para fortalecer esta etapa educativa.
Finalmente, afirmó que “hacer de la educación pública un derecho efectivo requiere sinergias, experiencias y prácticas compartidas”.
El anfitrión del encuentro, el doctor Ernesto Márquez Nerey, director del Museo Yancuic, subrayó la importancia de que estos espacios culturales también sean parte de los procesos educativos incluyentes, y reiteró su disposición a seguir colaborando en las siguientes sesiones.
La segunda reunión del Grupo de Trabajo está programada para el 1 de agosto en la UAM Xochimilco, donde los participantes presentarán una propuesta de plan de trabajo con objetivos específicos y acciones colaborativas.
Pablo Yanes cerró la jornada con un llamado al compromiso sostenido: “Este tema es un compromiso de fondo. No sólo es instalar una mesa, sino mantener un proceso permanente que contribuya a cerrar brechas, fortalecer el sistema educativo y garantizar que nadie se quede atrás ni fuera”.