Transcripción de las palabras de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo; del subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración del Gobierno de México, Alejandro Encinas Rodríguez; de la fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, Ernes

Publicado el 02 Octubre 2022

JEFA DE GOBIERNO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO (CSP): Muy buenos días a todos y a todas.

Quiero agradecer especialmente a las víctimas y familiares de las víctimas que sufrieron represión, tortura por luchar por un país más digno; especialmente quiero agradecer a Ernestina Godoy por abrir esta carpeta de investigación y hacer esta investigación indispensable para conocer la verdad y hacer justicia; y, también al magistrado presidente del Poder Judicial, Rafael Guerra Álvarez, que también sabemos que tiene un gran compromiso con la justicia y la verdad.

Y de igual manera, quiero agradecer a Rosario Piedra Ibarra, que se encuentra con nosotros; y también por supuesto a Nashieli Ramírez, ambas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México; a Tania Rodríguez, rectora de la UACM que nos ha ayudado y nos va a seguir ayudando en este proceso; y por supuesto, también quiero agradecer no solamente por estar aquí sino por su trabajo y compromiso a nuestro compañero Alejandro Encinas, muchas gracias Alejandro.

Cada uno de los derechos que disfrutamos tiene historia, es una historia protagonizada por personas y colectivos, activistas de diversas causas, grupos opositores, disidentes, radicales, guerrilleros orillados por la represión, ciudadanas y ciudadanos que, en no pocas ocasiones del pasado, sufrieron la brutal represión decidida y ordenada por quienes funcionarios de Estado tenían la obligación entonces −como ahora− de escuchar, atender y resolver, pero eligieron armar una política institucionalizada para actuar sordos a los reclamos, dar la espalda, perseguir, encerrar, torturar, desaparecer, perpetrar graves violaciones a los derechos humanos.

En la larga lucha por el derecho a la democracia, a la libertad, a la organización sindical, a la educación, a la salud, luego de cada acto de violenta represión, se ha levantado señaladamente la voz de sobrevivientes y familiares de las víctimas, de activistas y de la ciudadanía para exigir verdad y para exigir justicia. Es una demanda obstinada, valiente, continúa, contundente, que fortalece la democracia y todos los derechos, es la voz y la acción que nutre la memoria.

Como individuos estamos dotados de la capacidad biológica de recordar; como ciudadanas y ciudadanos, tenemos el deber cívico de recordar; como sociedad y como gobierno, la obligación de construir capacidades para dotarnos de memoria colectiva. La memoria es, ante los crímenes de Estado, un arma efectiva para la lucha por la verdad, y el reconocimiento de la dignidad plena de las víctimas, las personas sobrevivientes y sus familiares, y para la no repetición.

Toda historia tiene tiempo y espacio. El año 2018 marca un momento de quiebre en el devenir de esta historia, porque los gobiernos que emanamos del movimiento de la Cuarta Transformación, recibimos el mandato de romper con el pasado de violencia política del Estado, dejar atrás las prácticas de opresión y represión, y hacer todo lo que esté al alcance para garantizar y ampliar el ejercicio de los derechos, en particular, del derecho a la memoria, investigar, documentar, esclarecer y generar las condiciones para evitar a futuro la repetición de las grandes violaciones a los derechos humanos.

La Ciudad de México, ha sido espacio de importantes luchas sociales y escenario de muchas de las principales luchas por la democratización de la vida pública del país; también ha sido, en el pasado, lugar de violenta represión ordenada por funcionarios de los gobiernos federal y local, quienes trastocaron el papel de las instituciones de seguridad, corrompiéndolas al utilizarlas para cometer crímenes contra la población.

Atendiendo al mandato que recibimos, leales a las luchas sociales que nos han dado derechos, tenemos la firme convicción de que la Policía debe abocarse a la protección de las personas y no a la represión; y que nunca más, debe ser utilizada para obstaculizar o reprimir ninguna de las libertades consagradas, y en particular, la libertad de expresión. Por ello, en diciembre de 2018, decretamos la desaparición del cuerpo de granaderos, como una medida de satisfacción a las personas que fueron objeto de grandes violaciones a sus derechos humanos.

Porque conocemos la importancia de la identidad y la historia colectiva para construir una Ciudad de Derechos, estaremos enviando esta semana al Congreso de la Ciudad de México, la iniciativa, como proyecto de decreto, por el que se expide la Ley de Memoria de la Ciudad de México, cuyos principios rectores son: la búsqueda de la verdad, la no repetición de las graves violaciones a los derechos humanos, la participación de las víctimas y familiares en todas las etapas de las políticas públicas de memoria.

La Ley de Memoria reconoce y garantiza a las víctimas, a sus familiares, a los sobrevivientes, y a todas las comunidades locales el derecho a participar en todas las etapas de las políticas públicas de memoria, y por ende, el libre acceso a archivos en posesión de la Administración Pública de la Ciudad de México sobre violaciones graves a los derechos humanos.

Al mismo tiempo, serán establecidos como sitios de memoria para repensar, recuperar y transmitir información y reconstruir la identidad, los lugares donde se hayan cometido violaciones graves a los derechos humanos por parte del Estado. Aquellos donde hayan sucedido actos de resistencia y lucha contra la violación a los derechos humanos por parte del Estado, y los espacios físicos o virtuales en los que las víctimas, familiares, sobrevivientes y comunidades locales consideren que pueden rendir memoria a estos acontecimientos.

Entre los sitios de memoria, cuya determinación corresponderá a la Comisión de la Memoria Histórica de la Ciudad de México, serán considerados: la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, escenario de la violenta represión del 2 de octubre de 1968 al Movimiento Estudiantil; el área de la Calzada México-Tacuba entre Circuito Interior, donde ocurrió el Halconazo contra una manifestación estudiantil pacífica en 1971; y, los vestigios de los separos de la antigua Dirección General de Policía y Tránsito del extinto Departamento del Distrito Federal, ubicados aquí en los sótanos de la Plaza de Tlaxcoaque.

La palabra Tlaxcoaque provoca una emoción dolorosa para una generación entera. Transformar esa emoción en conciencia y en acción es un proceso de reconstrucción y de identidad colectiva; para ello, a través de la Secretaría de Cultura, hemos trabajado durante los nueve meses recientes con integrantes del Comité de 1968, el Museo Casa de la Memoria Indómita, ex militantes de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, Campamento 2 de Octubre, integrantes del Comité ¡Eureka!, familia Cartagena, familia Vázquez Solís, ex integrantes del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria y ex integrantes del Frente Urbano Zapatista.

La Fiscalía General de Justicia, como ya escucharon en la voz de la fiscal, abrió una carpeta de investigación para recabar testimonios, información y evidencias que permitan llevar a cabo las investigaciones correspondientes para la búsqueda de justicia a las víctimas que sufrieron detenciones arbitrarias, tortura u otras vejaciones en Tlaxcoaque.

El lugar ya está clausurado por la Fiscalía; se emitirá una declaratoria de Patrimonio Material e Inmaterial a los antiguos separos de la ex Jefatura de Policía de Tlaxcoaque para asegurar su inalterabilidad y su permanencia como sitio de memoria forense para las investigaciones que ya se están llevando a cabo y las que se iniciarán a partir de los testimonios que se reciban.

Se colocó o se coloca –la vieron ahora–, una placa con el nuevo nombre de la Plaza de la Memoria; y se presenta una exposición fotográfica permanente, en alusión a los ejes de trabajo del proyecto “Memoria, Verdad, Justicia y no Repetición”.

“Tlaxcoaque: Sitio de Memoria”, ya es parte de la Red de Sitios de Memoria Latinoamericanos y Caribeños, sumándose a las más de 50 instituciones que en 13 países de América Latina, comparten esta vocación de conciencia y rescate de la memoria.

En coordinación con el mecanismo de esclarecimiento histórico de la Comisión de la Verdad del Gobierno de México, se abre una convocatoria para recopilar testimonios de víctimas, sobrevivientes y familiares para la construcción de una memoria colectiva; se encuentra ya en línea disponible para consulta, el sitio donde se puede hacer el recorrido virtual y conocer desde ya, documentos y fotografías inéditos sobre Tlaxcoaque y las luchas sociales que se encuentran en la raíz de esta, la Ciudad de los Derechos y las Libertades.

Nosotros por convicción, por historia estamos comprometidos con la profunda Transformación de la Vida Pública de la Ciudad de México y del país. Los momentos que vivimos son históricos, preservamos la evidencia de los sótanos del horror y el abuso del poder para alimentar la conciencia ciudadana, para sentar las bases éticas, políticas e institucionales que impidan que las graves violaciones a los derechos humanos por parte del Estado, no se cometan nunca más, que nunca más, haya un gobierno autoritario.

Este es el mejor homenaje a las víctimas del 2 de octubre de 1968; ¡2 de octubre no se olvida! Nuestro compromiso inquebrantable por el respeto siempre a los derechos humanos y a la memoria colectiva.

Muchas gracias.

SUBSECRETARIO DE DERECHOS HUMANOS, POBLACIÓN Y MIGRACIÓN DEL GOBIERNO DE MÉXICO, ALEJANDRO ENCINAS RODRÍGUEZ (AER): Muchas gracias, muy buenos días tengan todas y todos ustedes.

En primer lugar, agradecerle a nuestra Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la doctora Claudia Sheinbaum, la invitación a participar en este evento tan importante al cumplirse 54 años de la brutal represión de que fue objeto el Movimiento Estudiantil por parte del Estado Mexicano.

El día de hoy se abre a la sociedad esta Plaza de la Memoria, un sitio en donde se vivieron hechos atroces durante los años 60´s y los años 70´s, un sitio destinado fundamentalmente a la detención arbitraria, a la tortura, y a la desaparición forzada. En este lugar donde transitaron gente como Cueto, como Alfonso Durazo −el malo, el bueno está de gobernador en Sonora−, sin lugar a dudas muchos de los dirigentes, estudiantes que aspiraban a ejercer plenamente sus derechos y libertades fueron privados de la libertad y de la vida.

Y es muy importante −como se señalaba ya en el video−, mantener presente y vigente nuestro derecho a no olvidar, a mantener siempre la memoria presente, no solamente para atestar al día de lo que durante muchos años enfrentamos y que hoy se da un paso muy significativo, no solamente esclarecer los hechos sino tenerlos presentes para que no se vuelvan a repetir.

El derecho a la memoria, el derecho a la verdad son derechos fundamentales para que una sociedad pueda vivir plenamente en el ejercicio de sus derechos y sus libertades; y el Gobierno de México ha asumido un compromiso puntual, para esclarecer los hechos vergonzosos de nuestra historia que pretendieron durante mucho tiempo, limitar las libertades y los derechos de los mexicanos.

Memoria para no olvidar, memoria para que haya justicia; y en todos los casos, independientemente de las resistencias que se presenten, vamos a continuar y vamos a ir a fondo para esclarecer lo mismo los hechos de la guerra sucia, que la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.

En este ejercicio de colaboración con el comité de expertos que forman parte del mecanismo de esclarecimiento de los hechos entre 1965 y 1990, la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación ha venido desarrollando un trabajo muy importante con el Gobierno de la Ciudad, a fin de que vayamos recuperando este tipo de sitios para hacer puntos de encuentro que nos ayuden a construir una cultura de paz y de reconciliación.

En este esfuerzo, estamos empeñados en impulsar la creación de un Centro de Memoria de la Ciudad de México, hemos venido trabajando con la Universidad Autónoma de la Ciudad de México de manera muy estrecha, que nos permita no solamente rescatar y digitalizar los archivos, no solamente documentos, sino fotográficos de la Dirección General de Policía y Tránsito para crear un museo de archivo de la fotografía de esos años, y esperemos, que con la colaboración del Congreso de la Ciudad, pronto tengamos una Ley de Memoria de la Ciudad de México que nos permita ir consolidando un proyecto a nivel nacional para tener los instrumentos institucionales para que estas tareas pueden consolidarse.

Y, 54 años después volvemos a decir: “2 de octubre no se olvida, es de lucha combativa”; y tenemos esa deuda pendiente con los estudiantes, los trabajadores, los campesinos que fueron objeto de la represión, para reivindicar su memoria y hacer justicia.

Muchísimas gracias.

FISCAL GENERAL DE JUSTICIA DE LA CIUDAD DE MÉXICO, ERNESTINA GODOY RAMOS (EGR): Muchísimas gracias, muy buenos días a todas, a todos.

Saludo fraternalmente a todo el presídium, pero en especial, quiero saludar y felicitar a la doctora Claudia Sheinbaum por esta iniciativa, muchas felicidades, yo sé que no tendría que ser de otra manera. También saludo solidariamente a las víctimas sobrevivientes de crímenes del pasado que hoy nos acompañan en este acto; agradezco la invitación a este significativo acto.

Hoy 2 de octubre, reivindicamos a las víctimas de la represión. Hace 54 años, este lugar se llenó de estudiantes detenidos en la Plaza de las Tres Culturas, 2 de octubre no se olvida.

“Recuerdo, recordamos. Esta es nuestra manera de ayudar a que amanezca sobre tantas conciencias mancilladas, sobre un texto iracundo, sobre una reja abierta, sobre el rostro amparado tras la máscara. Recuerdo, recordamos hasta que la justicia se siente entre nosotros”, Rosario Castellanos.

La recuperación de la Plaza Tlaxcoaque, para convertirla en un espacio que reivindica la memoria, tiene una trascendencia histórica no solo para la ciudad sino para el país completo; estamos en el lugar donde el terror se adueñó de la vida de miles de personas, en uno de los más temibles centros de tortura del Estado Mexicano. Aquí, se detenía a sindicalistas, a campesinos o estudiantes que luchaban contra el sistema autoritario; a los disidentes políticos, a quienes luchaban por la democracia o querían transformaciones radicales de la sociedad.

A escasos metros de la sede del poder político de la Nación se instauró la tortura y el terror; se arrancaban confesiones, y con ello, se detenía o inculpaba a más y a más personas. El respeto a los derechos humanos y al debido proceso era inexistente; Tlaxcoaque simboliza la oscuridad, un lugar ocupado por el mal.

Hoy, Tlaxcoaque es un lugar para la memoria, para reivindicar a las víctimas; a escala individual en la memoria se encuentra nuestra singularidad, aquello que nos constituye y hace únicos, pero a nivel social, la memoria es identidad, cultura e historia colectiva. Por ello, recuperar memoria y luchar contra el olvido tiene un valor fundamental para nuestra sociedad; la memoria permite el avance civilizatorio y el encuentro con la verdad y la justicia.

Hoy, tenemos condiciones que nos permiten examinar hechos de nuestro pasado reciente e investigarlos como un deber ético, jurídico e histórico, reconociendo que la sociedad y las familias de las víctimas tenemos el derecho a conocer la verdad de lo ocurrido, a fin de evitar que esos hechos vuelvan a ocurrir, dignificando la memoria de las víctimas y reconociendo la fuerza y voluntad inquebrantable de los colectivos sociales por avanzar hacia una sociedad igualitaria y justa.

Ejemplo de ello es la recuperación de esta Plaza Tlaxcoaque, que tiene como finalidad el derecho a recordar como medida de no rendición y que fue el impulso para procesos de justicia, esclarecimiento histórico, y por supuesto, de memoria pública.

Hoy, en este acto simbólico, quiero informar que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha iniciado una investigación ministerial para conocer también de estos crímenes del pasado.

Hace unas semanas iniciamos trabajos coordinados con la Oficina Especial para Investigar la Represión y Desapariciones Forzadas por la violencia política durante el pasado reciente con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, con quienes realizamos las acciones y diligencias para recabar la denuncia de una persona que fue víctima de actos de tortura en 1971 perpetrados en los sótanos de las oficinas en esta Plaza Tlaxcoaque, para posteriormente ser presentado, fue presentado a los medios, llevados a la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y posteriormente lo ingresaron a la entonces cárcel de Lecumberri; en otro caso, fue trasladado a la Policía Montada del entonces Distrito Federal. Tenemos ya diversas diligencias practicadas y se comenzará una investigación para conocer los hechos y llevar a la justicia a los responsables.

Hemos realizado un recorrido con tres denunciantes de identidad reservada, quienes señalaron algunas coincidencias en el lugar con relación a su denuncia; y quiero hacer público y reitero, el llamado a quien haya sido víctima de crímenes del pasado reciente para que nos tengan confianza y denuncien esos hechos. Tengan la seguridad que estamos realizando investigaciones serias, garantistas, con enfoque de derechos humanos y en el marco del Derecho Internacional de los Derechos Humanos; además no lo haremos solos pues estamos en coordinación con distintas instancias, tanto de la ciudad como el federal.

A través de nuestra Coordinación de Servicios Periciales hemos apoyado a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México en labores de peritajes y reconocimiento de espacios en este edificio de la Plaza Tlaxcoaque. Hemos apoyado en la identificación estructural de zonas no compatibles con la estructura original del inmueble, el hallazgo de restos de rejas aún empotradas en el concreto de algunos muros; después de concluir el recorrido con los denunciantes, procedimos a realizar un examen del lugar con un geolocalizador que nos fue proporcionado por la Comisión Nacional de Víctimas, así como por un binomio canino.

Quiero señalar que, desde la Fiscalía también estamos apoyando a la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia por violaciones graves a derechos humanos, esta Comisión que fue creada por decreto del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo estamos haciendo a través del Comité para el Impulso de la Justicia que encabezan tres personas expertas independientes, entre ellas Ángela María Buitrago, integrante del GIEI; les estamos proporcionando todos los datos e información que pueden apoyarles en sus trabajos y hoy esperamos tener una buena colaboración con el Mecanismo de Esclarecimiento Histórico por parte de dicha Comisión.

Estas acciones de restitución de la memoria histórica de nuestro país buscan efectivamente, caminar hacía una justicia para esclarecer los crímenes del pasado, la potencia de la memoria nos convoca a trabajar juntas y juntos por la verdad, por la justicia, la no repetición y nos renueva compromisos épicos de reconocimiento público hacia las personas que resistieron ante poderes abusivos y brutales en defensa de la libertad y la democracia.

Acudimos hoy a Tlaxcoaque, para resignificarlo como patrimonio de memoria; este acto honra a mujeres y hombres que en este lugar padecieron en este mismo espacio injusticias, agravios, torturas en defensa de la libertad y la democracia.

Hoy, Tlaxcoaque es un espacio recuperado para una convivencia en paz, diálogo político y disfrute de los derechos. Ante ustedes, las colectivas y colectivos agraviados y víctimas de crímenes del pasado, refrendamos la tarea y deber que ocupa la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México en materia de justicia restaurativa para alcanzar verdad y justicia, memoria, anhelos y sueños de cambios que no están en el olvido sino que siguen acumulando fuerza para renacer cuando se han descubierto.

¡2 de octubre, no se olvida! Gracias.

MILITANTE DE LA ASOCIACIÓN CÍVICA NACIONAL REVOLUCIONARIA, VIUDA DE GENARO VÁZQUEZ ROJAS, DETENIDA EN TLAXCOAQUE, CONSUELO SOLÍS MORALES (CSM): Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y servidores públicos que integran este honorable presídium; respetable audiencia; estimados todos.

Agradezco la distinción de ser invitada a participar en un evento tan significativo en la historia de esta ciudad y de todo el país. También, manifestar nuestro respaldo y reconocimiento a la Jefa de Gobierno, por su congruencia en la promoción y defensa de los Derechos Humanos, ya que representan un reconocimiento para aquellos que han luchado por mejorar las condiciones de la vida política, económica y social de nuestro México.

Es un logro más de los esfuerzos por transformar a nuestra Patria, haciendo la recuperación de la historia de los mejores hombres y mujeres en su larga trayectoria por lograr la paz social, el rescate de los derechos humanos y, sobre todo, la igualdad de todo sujeto frente a la justicia.

Este momento tiene mucho significado para mí; significa recordar a todos los luchadores que han sacrificado sus vidas por una patria libre y soberana, no solo con la muerte sino también dejando la comodidad y seguridad del hogar para dedicar largas horas, días y años en la construcción de un proyecto de país independiente, no sujeto a decisiones externas.

Somos herederos de una larga tradición de lucha, de transformación. Desde la época fundacional Azteca, la lucha en contra de la Conquista, hasta llegar al movimiento de Independencia y la Revolución; pasando por los movimientos de décadas recientes, como la de los médicos, ferrocarrileros, maestros y campesinos. Debemos ser capaces de mirar de forma integral estos procesos históricos para entender el deseo del pueblo mexicano, para lograr un México para los mexicanos.

Aquí vienen a la memoria, a mi memoria −porque yo estuve en Tlaxcoaque−, entrañables compañeros que recorrieron esa larga lucha, algunos desde su tierna juventud, desde la trinchera de la lucha civil hasta los que tomaron las armas en defensa de sus ideales y de su integridad física. Este lugar en particular me trae recuerdos duros de la represión a quienes nos manifestamos en desacuerdo con la forma de gobernar de los gobiernos priistas; el secuestro, la desaparición, la tortura física y psicológica, la intimidación a través de la persecución, todo esto organizado desde las estructuras del gobierno, lo que representa un crimen de Estado.

Aquí nos encontramos con las antiguas mazmorras de la Policía, compañeros de lucha de diversas organizaciones radicalizadas como la CNR, el MAR, (inaudible), el Partido de los Pobres y otros muchos más. Recuerdo haber visto ensangrentados y con caras hinchadas, ropas húmedas y llenas de lodo a Jorge Mota, chofer de Genaro Vázquez; a Elvidio Ocampo, desaparecido desde ese tiempo; a Antonio Aranda, Fausto Dávila, a un familiar de Lucio Cabañas y muchos que posiblemente no reconocí por estar desfigurados debido a la altura física y psicológica. Nazar Haro, se paseaba por los pasillos decidiendo quién seguía en el interrogatorio.

Por toda esta historia de terror, considero que el momento actual exige conocer el pasado histórico, para la toma de decisiones del presente con miras de futuro, por la no repetición de actos tan atroces y por un verdadero compromiso con las fuerzas del orden, de impartición de justicia y del Gobierno.

Siendo profesora durante más de 40 años no dejo de pensar la importancia que, desde la escuela inicial se eduque a la niñez en los más altos valores humanos, por el respeto a la vida, a las diferencias, la tolerancia y convivencia de credos, todo ello con el objeto de construir un pueblo y una nación libres y soberanos, construyendo un país democrático en donde todos seamos ciudadanos de primera.

Nuestra esperanza, al igual que las suyas −estoy segura de que lo son−, que las nuevas generaciones no tienen que atravesar por el dolor de perder a sus seres queridos, por atreverse a levantar la voz y señalar los errores o las malas prácticas de un gobierno como lo fue antes y todo lo que sucedió.

Quiero recordar que hubo muchos hombres que no solo dijeron que morirían por la patria nueva, lo hicieron; lograr la liberación de México y una patria nueva o morir por ella.

Gracias a todos ustedes.