Mensaje de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, durante la ceremonia con motivo del 85 aniversario del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) “Ismael Cosío Villegas”
Muchas gracias. Muy buenas tardes, doctor Jorge Alcocer, secretario de Salud; doctor Gustavo Reyes Terán, coordinador de la CCINSHAE; doctor Salas, director del INER; María Elena Álvarez-Buylla, directora de CONACyT, y el doctor Moisés Selman.
Me da mucho gusto, es un honor ser partícipe del aniversario número 85 del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias; y en esta ocasión, de la inauguración del edificio de investigación que lleva el nombre del doctor Moisés Selman Lama.
Primero, quiero aprovechar esta ocasión para agradecer –a nombre de quienes vivimos en la Ciudad de México– a las y los trabajadores de salud, médicos, médicas, enfermeras, técnicos, personal de limpieza, a todos y a todos los trabajadores del INER, por su labor al frente de la pandemia del COVID-19.
Bajo el liderazgo del doctor Salas, el INER ha sido una bendición y un alivio para cientos y cientos de pacientes de COVID. Tan solo hoy, el INER sigue teniendo 153 pacientes intubados; crecieron su capacidad hospitalaria y convirtieron durante meses –todavía– un gran Hospital de Terapia Intensiva que recibe pacientes graves y hacen todo lo que esté en su conocimiento y entrega para salvarlo. De verdad, muchas gracias de todo corazón. El INER es una de esas grandes instituciones que formó el Presidente Lázaro Cárdenas con su enorme visión de futuro, como Sanatorio de Enfermos Tuberculosos de Huipulco; posteriormente se convirtió en el Hospital de Enfermedades Pulmonares; y hoy, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Ismael Cosío Villegas”. Es en esta zona sur de la Ciudad de México, en nuestro querido Tlalpan, uno de los grandes Institutos Nacionales de Salud, orgullo de nuestro México, no solo (inaudible) hospitalaria del llamado Tercer Nivel, sino porque en los Institutos Nacionales se desarrolla una buena parte de la investigación científica en salud a nivel nacional e internacional.
Moisés Selman, quien durante décadas fue el director de Investigación del INER, nació en Chile; después del golpe militar, el golpe de Estado contra Salvador Allende en 1973, se exilió en nuestro país e hizo de México Su patria. Nacionalizado mexicano, tuvo que trabajar cuando llegó a nuestro país en múltiples oficios, hasta que su empuje para seguir siendo un médico neumólogo lo llevó al INER.
Moisés hizo del INER un gran Centro de Investigación de las enfermedades pulmonares, respiratorias, que llevó a la institución a un reconocimiento nacional e internacional sin precedentes.
Junto con Annie Pardo, crearon la unión entre la bioquímica de la Facultad de Ciencias y la investigación médica del INER para hacer uno de los grupos de investigación biomédica más potentes de nuestro país, formando a decenas y decenas de estudiantes e investigadores.
Moisés tiene cientos de publicaciones, miles de citas, decenas de premios, entre ellos el Premio de Nacional de Ciencias y el Recognition Award for Scientific Achievement de la American Thoracic Society de Estados Unidos.
Pero hoy también quiero hablar de Moisés como ser humano. Moisés, como muchos saben –quiero hablar ahora de manera personal– es pareja de mi madre desde hace más de 32 años y por la cercanía familiar, es inevitable que hable de Moisés como persona.
Si me pidieran que describiera a Moisés con algunas palabras, diría que es inteligente, sensato, agudo, consecuente, justo, amoroso a su manera, con un gran sentido del humor y, además, sabe disfrutar de la vida.
Siempre tiene tiempo para cuando se le necesita, pero en la familia también sabemos que tiene tiempos sagrados, como la lectura de sus novelas policíacas o para el fútbol de los domingos. Moisés Selman, un gran científico y una gran persona.
Así que hoy, quiero agradecer a Moisés por su contribución a la ciencia médica de nuestro país y del mundo; pero también por ser un ser humano ejemplar y –permítanme hacer una referencia familiar– tengo que hacerlo a nombre de mi hermana, mi hermano, decirte: gracias, Moisés, por ser un padre para nosotros, un abuelo ejemplar para Rodrigo, Mariana, Tamara, Daniel, Isabel e Inés, y un bisabuelo cariñoso y un ejemplo para Emilia y para Julia.
Así que, felicidades al doctor Moisés Selman por este grandísimo reconocimiento. Felicidades a todo el personal del INER, al doctor Salas por su entrega al frente de la pandemia, y felicidades a esta gran institución mexicana: el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias.
Muchas gracias.