Mensaje de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, durante la Cancelación de la Estampilla Postal 100 Años del Escudo y Lema Universitarios

Publicado el 22 Septiembre 2021

JEFA DE GOBIERNO, CLAUDIA SHEINBAM PARDO (CSP): Muchas gracias.

Doctor Enrique Graue, Rector de nuestra Máxima Casa de Estudios; doctor Rafael Lira Saade, Presidente en turno de la Junta de Gobierno; doctor Mario Luis Fuentes Alcalá, Presidente de la Junta de Patronos de la UNAM; doctor Leonardo Lomelí, secretario general; doctora Tamara Martínez, coordinadora para la Igualdad de Género; Rocío; compañera Ernestina Godoy, fiscal general de justicia de la Ciudad de México; senador Héctor Vasconcelos; y, doctor Hugo Casanova, director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación.

Me siento orgullosa, contenta de esta Cancelación de Sello; no solo hoy como Jefa de Gobierno, sino, sobre todo y, principalmente, como universitaria.

En el emblema de la Universidad Nacional Autónoma de México hay un mapa de América Latina enmarcado por el lema “ Por mi raza hablará el espíritu” y coronado por un águila y un cóndor, símbolos de las grandes civilizaciones de Mesoamérica, de América del Sur y, también, de lo que en su momento Vasconcelos reconoció como el mestizaje y lo que significaba la raza para él, aunque hoy conocemos que, en efecto, no podemos hablar de razas ni de espíritu, entendemos el significado de lo Vasconcelos soñó en aquel momento, que finalmente pertenecía o era parte del gran sueño bolivariano.

El emblema de la UNAM contrasta con el de otras universidades que hacen alusión a la ciencia, la tecnología y el conocimiento.

En 1921, Vasconcelos elige elementos que refieren a nuestra historia: el águila azteca y el cóndor andino, así como al ideal de independencia y libertad: el mapa de América Latina sin fronteras, el sueño de Bolívar.

La UNAM adopta este emblema que inspira a recuperar las tradiciones de nuestros pueblos, que promueve la fraternidad, la solidaridad en nuestro continente, sobre todo con respeto a la diversidad y a la pluralidad de ideas, sobre todo poniendo –como lo hizo Vasconcelos, en su momento– la educación como eje del desarrollo, como eje fundamental del desarrollo de las naciones.

Los que hemos tenido el privilegio de estudiar en la UNAM sabemos que, además de ser un lugar donde florece el conocimiento científico y humanístico, también es un espacio donde conviven la diversidad de opiniones, donde se fortalece el diálogo y la construcción de mejores futuros, marcados también por muchos movimientos sociales que han marcado a la propia universidad –estudiantiles y de distinto tipo–, que también han fortalecido a la propia UNAM.

La UNAM es una de las mejores universidades –o quizá, la mejor– de América Latina, y ampliamente reconocida como una de las mejores del mundo por su calidad educativa; aquí se han formado millones de mexicanos y mexicanas, pero también, haciendo honor a este escudo, muchos hermanos latinoamericanos.

Y, ha sido un espacio para los intelectuales que han llegado por distintas razones: desde su momento, por la Guerra Civil, en el caso de los republicanos españoles; o, en el caso de golpes de Estado en la segunda mitad del Siglo XX, de chilenos, argentinos, uruguayos, brasileños, entre otros muchos; son y han sido acogidos con las alas abiertas, del águila Azteca y del cóndor andino, por la Universidad Nacional Autónoma de México.

El emblema de la UNAM nos recuerda el compromiso que tenemos con la Educación. La UNAM nos dio la oportunidad de formarnos, sin importar el color de la piel, la religión, la clase social, como una universidad pública –o la ideología política–; es un espacio que respeta la pluralidad y la libertad de expresión, que hace posible el desarrollo de las ciencias, de las humanidades, del arte, del deporte, de la cultura, sobre todo, como la Universidad de la Nación.

La Nación se ha enriquecido de la UNAM y la propia UNAM se ha enriquecido de la Nación.

El emblema de la UNAM nos invita a confirmar el compromiso por seguir el sueño de un futuro mejor.

Hoy, que se cumplen 100 años del escudo y el lema de la UNAM, es un buen momento también para reflexionar sobre la importancia de la formación científica, humanista, artística; pero también, sin olvidar que es una universidad pública, que se debe finalmente al pueblo, que sus recursos son del erario público y que, por lo tanto, debemos el privilegio de ser una universidad nacional, una universidad pública, también se lo debemos al pueblo de México.

De tal manera que la construcción de la propia universidad nacional, su fortaleza, benefician a la nación; y, al mismo tiempo, la fortaleza de la UNAM debe fortalecer, necesariamente, al pueblo de México.

“Por mi raza hablará el espíritu”, 100 años más a la Universidad Nacional Autónoma de México.

Muchas gracias.