Mensaje de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, durante el 34° aniversario de la Declaratoria del Centro Histórico de la Ciudad de México y Xochimilco como Patrimonio Cultural de la Humanidad
JEFA DE GOBIERNO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO (CSP): Muchas gracias.
Bienvenidos, bienvenidas a esta, que es su casa; muchas gracias al arquitecto Joaquín Álvarez Ordóñez, que esté aquí con nosotros, es un privilegio; de igual manera al arquitecto Juan Ignacio del Cueto, el director de la Facultad de Arquitectura de nuestra gran casa de estudios; y muchas gracias también a José Carlos Acosta, al alcalde de Xochimilco por esta organización.
Por supuesto a nuestros compañeros y compañeras del Gobierno de la Ciudad: Dunia, Loredana; y a quien representa al INAH, al INBAL por parte del Gobierno de México, de la Secretaría de Cultura; y también por supuesto a los familiares del general, Felipe Ángeles y el general, Francisco Villa; muchas gracias por su presencia.
Hace 34 años, el 11 de diciembre de 1987, por vez primera la UNESCO obsequia a México la Declaratoria de Patrimonio Mundial al Centro Histórico de la Ciudad de México y a la Zona Chinampera y al Centro de Xochimilco.
Los más relevantes criterios de valor universal excepcional que fueron considerados para su inscripción en la lista de Patrimonio Mundial son los siguientes: su Historia y aporte a la Cultura de la humanidad; expresados textualmente señalan que los asentamientos de México y Xochimilco, edificados a partir de los islotes ganados a un extenso lago encerrado en un valle de 2 mil 200 metros de altura, son pruebas elocuentes del espíritu creador y de los esfuerzos del hombre para formar un hábitat en un medio geográfico poco favorable.
Este asentamiento, o estos asentamientos materializan la fusión de la implantación de la época colonial sobre la estructura de calzadas y canales de la época prehispánica.
Procesos de conservación a favor de la Memoria; destaca también la determinación de conservar testimonios excepcionales desde la época prehispánica, un gran número de edificaciones civiles y religiosas con características estilísticas particulares que abarcan desde el gótico hasta el art nouveau, entre los cuales destacan ejemplos barrocos, neoclásicos de gran importancia.
Además de su Catedral, la más importante del continente y de un gran número de templos, conventos, claustros, capillas, colegios, hospitales, palacios, alojamientos de gran valor, la ciudad posee un amplio conjunto de plazas y jardines, de formas y ambientes variados, que caracterizan a su imagen urbana planteado desde el bando de Declaratoria del Centro Histórico de la Ciudad de México como Zona de Monumentos Históricos, emitidos el 11 de abril de 1980 a consecuencia de acciones académicas y vecinales entre las que destacó la obra “Patrimonio Perdido”, en la que el cronista Guillermo Tovar y de Teresa dio cuenta de aquellos inmuebles que, por incuria, habían sido demolidos y la pérdida patrimonial que ello significaba para lo que hoy conocemos como el Derecho a la Memoria Histórica de habitantes y visitantes del perímetro.
También, la Declaratoria señala Singularidad y persistencia de Técnicas en Uso; reconoce, entonces, la tradición y constancia de algunos barrios y pueblos antiguos, frecuentemente incorporados a la ciudad en su expansión; representan establecimientos y medios tradicionales como sucede en el caso particular de Xochimilco, en aquel tiempo, prácticamente alejado de la mancha de la urbe y, por tal motivo, reserva de técnicas tradicionales y urbanismo que se originaron entre los siglos XV y XVI en la llamada Cuenca Lacustre del Valle de México.
Como contribución a la preservación de la Declaratoria, en nuestro gobierno, desde hace 3 años, hemos invertido en el Centro Histórico, que inició –cuando el Presidente López Obrador fue Jefe de Gobierno– su rescate; en estos tres años hemos destinado cerca de mil 500 millones de pesos en el cambio de tuberías de agua potable y drenaje; y, sobre todo, el mejoramiento urbano integral en el rescate, ahora, del Polígono B, o llamado Polígono B del Centro Histórico: avenida Hidalgo; Santa María La Redonda –que ahí, además, no solamente es un rescate arquitectónico y urbano, sino social con nuestro Programa “Barrio Adentro”–, Antigua Merced, Barrio de Zoquiapan, República de Brasil y Avenida Balderas, Avenida Zarco, República de Chile, perímetro de San Hipólito, Paseo de la Reforma –de Avenida Hidalgo a Eje 1 Norte–; con una inversión, como he dicho, de más de mil 500 millones de pesos.
También incluye la inversión en lo que hoy llamamos la Calzada México–Tenochtitlan, cuyo nombre fue modificado, antes llamado Puente de Alvarado, hoy México–Tenochtitlan, en reconocimiento a Tenochtitlan y no en reconocimiento a lo que fue, en su momento, este genocidio del Templo Mayor.
Además, el rescate tiene incluido la restauración de las vivencias de alto riesgo, vamos a hacer el rescate de todas las viviendas de alto riesgo del Centro Histórico, iniciamos ya; y la construcción de vivienda para comunidades indígenas residentes.
No queremos gentrificar el Centro Histórico, sino abrir el Derecho a la Vida Digna de los habitantes: “Incluir en vez de excluir”, esa es la máxima que nos orienta en el rescate del Centro Histórico.
En el caso de Xochimilco, también hemos realizado una inversión histórica en el rescate del Parque Ecológico Xochimilco y el apoyo a la producción de chinampas y limpieza de canales, que es de cerca de 800 millones de pesos en tres años; la chinampa no puede desaparecer, y estamos convencidos que, no solamente es como una reliquia, como un museo, sino como parte del reconocimiento de la forma productiva más sustentable que haya inventado el hombre y la mujer.
La Ciudad de México tiene una historia milenaria, la primera civilización que dejó vestigios arqueológicos es la Cuicuilca, que data de los 800 antes de nuestra era; la ciudad es uno de los ejes de Mesoamérica, que dio al mundo el maíz, el cacao, el jitomate, y otros cultivos que alimentan y sostienen la cultura gastronómica de diversas naciones; que nos dejó sus lenguas sus culturas vivas.
Hace siete siglos, en esta ciudad, se levantó la legendaria Tenochtitlan; este Centro Histórico fue cuna de la cultura Mexica, a partir de la cual llevamos el nombre de nuestro país, de nuestra Nación: México.
Este año 2021, conmemoramos dos siglos del México Independiente, 500 Años de Resistencia y Siete Siglos de la Fundación de Tenochtitlan. Y, en la celebración del Patrimonio Histórico de la Humanidad, el Centro Histórico y Xochimilco, una vez más hacemos referencia a la grandeza de México, que no provino de ayer, que no provino de hace 500 años, sino que provino, también y fundamentalmente, de las culturas milenarias.
Aquí donde nos encontramos, hace siete siglos se edificó una ciudad en donde ya habitaban Tepanecas, Culhuacanes, Xochimilcas y otros pueblos que configuró, como lo describió en la ya conocida Narrativa de Bernal Díaz del Castillo.
Pero la palabra “conquista” de hace 500 años, y esto lo reconocimos porque hablamos de más de Siete Siglos de Historia de nuestra ciudad, de 500 años de la caída de México-Tenochtitlan y lo reconocimos ahora como 500 Años de Resistencia y 200 Años del México Independiente; y, lo hacemos así porque la palabra “conquista” nos lleva una reflexión indispensable, pues implica la eliminación de una diversidad que conforma nuestro pueblo de México, nuestros pueblos de México por su riqueza pluricultural; de la riqueza de los más de 7 millones de mexicanos y mexicanas que hablan, conservan y procuran 68 lenguas; de las cosmovisiones del sincretismo y del no sincretismo; del reconocimiento y reivindicación de nuestros orígenes culturales previos a la llegada de los españoles.
Por ello, en el reconocimiento de las zonas patrimoniales, hoy hace 34 años, debemos siempre pensar que no solamente son las edificaciones, sino las personas y la historia, el reconocimiento de nuestra Memoria Histórica de esa recuperación, lo que nos hace Patrimonio; si no hacemos eso, estamos condenados a seguir preservando una cultura de solamente 500 años y no de la grandeza de México que proviene también de su riqueza cultural, que proviene de los pueblos precolombinos, la de las castas, la de la discriminación.
No podemos partir de hace 500 años, sino reconocer la grandeza de México desde sus pueblos originarios, porque todos debemos revisar la historia, esa historia que hace que amemos la tierra donde nacimos.
Bienvenidos a este Palacio Virreinal, lo abrimos el 5 de diciembre del 2018 para hacer un museo para todos y para todas. Este espacio que es el reconocimiento, también, de una memoria no es solo la oficina donde despacha la Jefa de Gobierno, es principalmente la Casa del Pueblo, la Casa del Pueblo de la Ciudad de México y del pueblo de México.
Bienvenidos y bienvenidas a la ciudad. Y, reconozcamos todos 34 años de este reconocimiento de la UNESCO, pero sobre todo, el reconocimiento de la grandeza de México, a partir de más de Siete Siglos de Historia.
Muchas gracias.
DIRECTORA GENERAL DEL FIDEICOMISO CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, LOREDANA MONTES LÓPEZ (LML): Muchas gracias.
Buenos días a todos, a todas, mi agradecimiento y mi saludo especial a quienes nos acompañan en el presídium; a la doctora Claudia Sheinbaum, por permitirnos, también, estar en este espacio, que es un lujo, la verdad, así que, sean bienvenidos.
Yo, solamente quiero, precisamente, extender una bienvenida a este 34 Aniversario de la Declaratoria del Centro Histórico y Xochimilco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, porque, se dice muy rápido 34 años, pero son 34 años de esfuerzo, 34 años que se han sucedido en una serie de situaciones y de proyectos que, finalmente, han culminado en este Centro que tenemos hoy, al que le falta, sí; este Xochimilco con el que estamos hermanados, al que le falta, sí, pero que estamos montados todavía en este caballo en el que vamos a tener que redoblar esfuerzos para poder culminar todos los proyectos que todavía están ahí.
Quiero agradecer mucho la presencia de cuantos nos acompañan, gente del Fideicomiso, Francisco Ruiz, Dunia Ludlow; y, bueno, todos quienes ya han sido mencionados; aquí, mis compañeros de trabajo, también, toda la gente que está presente y que, de una u otra forma ha manifestado –desde hace mucho tiempo– un compromiso, esté o no esté en este momento, digamos, formando parte del gobierno, hace muchos años que son gente que viene luchando por esta misma causa, que es el cuidado del Patrimonio; y, en este caso, el Centro Histórico y Xochimilco, hermanados en este compromiso en el que estamos empeñados en salir adelante.
Bienvenidos a todos; y, muchísimas gracias.
ALCALDE DE XOCHIMILCO, JOSÉ CARLOS ACOSTA RUIZ (JCAR): Muy buenos días tengan todos ustedes, amigas y amigos.
Quiero agradecer a nuestra Jefa de Gobierno, la doctora Claudia Sheinbaum, por ser esta sede del Palacio Virreinal, sede del Gobierno de la Ciudad, en donde hoy en este patio, esta mañana, podamos estar conmemorando el 34 Aniversario de la Declaratoria de Xochimilco como Patrimonio Cultural Natural de la Humanidad.
Sean bienvenidos todos los distinguidos miembros de este presídium, quienes amablemente nos acompañan; Frédéric, representante de UNESCO en México; a la gente de la Secretaría de Cultura, arquitecto Balandrano, de quien siempre nos sentimos cercana su presencia, su apoyo y su ayuda, al igual que de la arquitecta Valeria Valero, muchas gracias arquitecta, siempre, de corazón, todo el acompañamiento que nos ha dado en Xochimilco; y, desde luego, a nuestra secretaria de Cultura de la Ciudad de México, maestra Vannesa Bohórquez.
Sin duda, el hablar de un sitio Patrimonio Cultural de la Humanidad como lo es Xochimilco, hermanado con el Centro Histórico de la Ciudad de México, no es un tema menor. Muchos esfuerzos, varias generaciones, mucha gente involucrada desde la integración del expediente, desde todo el trabajo en administraciones anteriores que se ha llevado a cabo.
Pero, hay un punto y aparte con esta administración que, hoy por hoy, encabeza la doctora Claudia Sheinbaum, una mujer que ha entendido la problemática de Xochimilco, que ha sabido llegar a las fibras sensibles, no solamente de la población de la sociedad, sino de los problemas fuertes; no ha habido un maquillaje como, a veces, los gobiernos suelen dar, hemos llegado al corazón, a las venas.
Me refiero a los problemas fuertes como es el caso del agua, el caso del saneamiento del Río San Buenaventura, del Río San Lucas, de la Presa San Lucas, de los más de 185 kilómetros de canales, de la rehabilitación de pozos de agua y de todo lo que tiene que ver con lo dañado desde el Sismo del 17 en la infraestructura de los pueblos de la zona Oriente y Centro de Xochimilco.
El tema de Xochimilco, para poderlo entender, necesariamente es desde el punto de vista hidráulico, si no, estaríamos perdidos solamente en creer que es la pintura de las fachadas o de los edificios.
Hoy quiero agradecer, desde luego, la presencia del arquitecto Juan Ignacio del Cueto, director de la Facultad de Arquitectura; maestro, tengo que repetir un episodio de su vida profesional: que usted llegó siendo el encargado del proyecto, el director del proyecto de la restauración de un ícono que es el emblemático de Félix Candela, “Los Manantiales”; y, ahí, ahí recibió la llamada de la Rectoría en donde la Junta de Gobierno lo había nombrado director de la Facultad.
El maestro Juan Ignacio del Cueto, un hombre profesional, un hombre comprometido y un hombre sensible a las causas sociales, lo cual quiero agradecer porque está realizando una acción que la Jefa de Gobierno fue de los primeros compromisos en rescatar y, hoy, es una realidad; el avance en esta gran obra de “Los Manantiales” va caminando viento en popa.
Y, reconocer desde luego al arquitecto Joaquín Álvarez Ordóñez, Premio Nacional de Arquitectura 2018, pero además, quien generara el proyecto de todo “el cascarón”, como en términos de arquitectura se le llama, de este importante espacio, de esta obra emblemática de Félix Candela. Él sí conoció a Félix Candela, compañero, colega y entrañable amigo para Xochimilco, gracias por su presencia.
Quiero destacar que el hablar siempre del Centro Histórico y que en los temas internacionales, en la Agenda 2030, el hablar de la gentrificación, de todo lo que impacta en las grandes ciudades, en las Ciudades Patrimonio; el hablar de Xochimilco, que tiene, no solamente esta Declaratoria, que hoy cumple 34 años, sino ser parte de Sistema Ramsar Internacional de Humedales, ser parte del Área Natural Protegida más grande que se declara en la Ciudad de México, ser declarado Zona de Monumentos por el Instituto de Antropología e Historia desde el 80; pero además, ser sitio SIPAM, nos hace un sitio excepcional en el mundo.
En la Ciudad de México es, sin duda, Xochimilco el ícono de orgullo que a todos nos ocupa y nos preocupa por seguirlo preservando, conservando para las siguientes y futuras generaciones.
El Patrimonio Intangible, el Patrimonio Tangible, de lo cual, siempre en los paneles internacionales expresa, quiero decir que aquí están parte la historia viva, parte de lo que representa el encuentro de la historia, de Villa, de Zapata, dos generales que en la Revolución nunca se conocieron, sino hasta Xochimilco, lugar de pacto, de encuentro.
Agradezco a Cesar Ángeles, quien es parte de la familia del General Felipe Ángeles, su presencia; y, a Francisco Villa, también, parte de la familia del General Villa, quienes, quiero compartir con todos ustedes, querida Jefa de Gobierno, que hay un compromiso de las familias de estos generales de que en Xochimilco se pueda fundar –ya tenemos el lugar– un museo, “el lugar de encuentro de Villa y Zapata”, y ellos puedan obsequiar parte de las colecciones que, muy personales, tienen las familias.
A decir de Paco Ignacio Taibo, decía: en secreto, y que no lo sepan los estados del Norte, aun, todavía.
Próximamente Xochimilco estará celebrando un convenio de hermanamiento con el estado de Nayarit y, qué mejor que hoy la diputada Alba Espinoza, Presidenta del Congreso del Estado, que se encuentra con nosotros, muchas gracias, diputada, a todas, a todos ustedes comentar que el compromiso de Xochimilco, el compromiso de este gobierno es, sin duda, de la mano de esta Cuarta Transformación.
La visita que, muy orgullosamente tuvimos y destacamos de nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador, a Xochimilco, nos obliga a seguir trabajando con este gran empeño, con esta gran diferencia de que con los recursos que se otorgan se haga hasta lo imposible por seguir preservando esto, que es Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad.
Muchas gracias, doctora Claudia, porque, sin duda, Xochimilco ha cambiado, no es el mismo, no es el mismo que usted encontró cuando llegó, y esto ha sido gracias a un trabajo decidido, fuerte, responsable desde el Gobierno de la Ciudad, del Gobierno de la República, y que hoy seguimos, señor representante de la UNESCO, suscribiendo, sin duda, este pacto internacional en que el Patrimonio Cultural debe de ser y seguirá siendo toda una bandera de México ante el mundo.
Muchas gracias.
REPRESENTANTE DE LA OFICINA DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA (UNESCO) EN MÉXICO, FRÉDÉRIC VACHERON ORIOL (FVO): Muy buenos días.
Saludo, primero, a la señora Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, gracias por su invitación a este momento muy importante; a Juan Carlos Acosta Ruiz, alcalde de Xochimilco, gracias por tus palabras y tu compromiso renovado, hoy, en este evento; saludo, también, a la secretaria de Cultura, Vanesa Bohórquez, con quien trabajamos estrechamente, con muchos proyectos, uno de ellos es rehabilitar la estación de Metro que tiene UNESCO y que tiene la ciudad, en Polanco, ojalá la podamos renovar gracias al apoyo de todos.
Saludo a Arturo Balandrano Campos, director general de Sitio de Monumentos de la Secretaría de Cultura; a Valeria Valero, coordinadora nacional de Monumentos Históricos del INAH, con quien trabajamos, también, estrechamente, especialmente en la restauración de varios sitios que fueron afectados por el sismo de 2017.
Gracias a Loredana Montes López que, me invitó, también, y con quien estamos estrechando los lazos, directora del Fideicomiso del Centro Histórico; también, a la señora Ludlow, de la Autoridad del Centro Histórico; a todos ustedes, especialmente a los eminentes arquitectos que están acá, también al director de Arquitectura de la UNAM, al INBAL, que es un aliado de la UNESCO; a la Asociación de las Ciudades de Patrimonio Mundial, con quienes estamos trabajando estrechamente, especialmente para vincular las ciudades de Patrimonio Mundial al turismo, que es ahora muy estratégico en estos tiempos de renovación económica.
Pocos lugares… amigos todos, yo sé que acá hay muchos amigos de Xochimilco, además de la Ciudad de México; a la Presidenta, también, del Congreso de Nayarit, que saludo respetuosamente.
Pocos lugares en el mundo cuentan con el espesor urbano de la Ciudad de México, esta ciudad reúne el mayor paisaje americano urbano, tanto en dimensión espacial como temporal, abarcadora de una monumentalidad y dinámicas sin precedentes ni comparación alguna.
Esta ciudad y sus paisajes, de manera muy importante sus paisajes lacustres, hasta bien entrado del siglo XX, ha sido atravesada por las calles más grandes del continente, que la fueron extendiendo hacia los cuatro puntos cardinales a lo largo de los últimos siete siglos, conformando ese gran imperio capitalino que hoy habitamos.
En su obra “La región más transparente”, Carlos Fuentes describía la ciudad, describía la ciudad diciendo que la ciudad “siempre he dicho que México es un país de tres pisos: país tropical, país templado, país de volcanes, pero la Ciudad de México tiene cinco, seis, siete pisos superpuestos”.
La Ciudad de México y su Centro Histórico es un patrimonio urbano único, inigualable, trascendente para la reflexión urbana contemporánea que vive diariamente bajo las demandas de representar el corazón de una megapolis y que enfrenta todos los días el desafío de ser el único sitio urbano de Patrimonio Mundial de la UNESCO por el que transitan más de 20 millones de habitantes.
Es la ciudad histórica más densa del mundo y la única que cuenta con seis reconocimientos de la UNESCO: Patrimonio Mundial, Ciudad del Aprendizaje, Ciudad Creativa del Diseño, Ciudad Incluyente, integrante de la Mega Alianza para el Agua y el Clima, y Sitio de Memoria de la Ruta del Esclavo.
Como modelo urbano, la ciudad está obligada a aportar respuestas para los grandes desafíos del presente, se los dijo el alcalde de Xochimilco, la gentrificación, la reducción de las desigualdades, la lucha contra el cambio climático, la inclusión de las mujeres y de las poblaciones excluidas de los procesos de toma de decisiones, la seguridad alimentaria, la calidad del agua y el saneamiento, por mencionar solo algunos.
Cada vez resulta más evidente que la planeación urbana debe dejar de ser un ámbito exclusivo de los especialistas para abrir su proceso hacia la ciudadanía, de forma que las personas y las comunidades se conviertan en el centro de planeación.
En la Ciudad de México, las fiestas barriales, el Día de Muertos, las formas de solidaridad popular en la vecindad, sus mercados populares, los traspatios, y la capacidad organizativa inmediata de una ciudadanía que enfrenta sismos impartiendo lecciones de eficacia mejorada en cada embate dan cuenta de su principal capital: una ciudadanía gentil, diversa, trabajadora, resiliente.
Llevo tres años viviendo en la Ciudad de México, es antes de todo –para mí– una ciudad que se caracteriza por su vida de barrio y su cultura viva, lo que nos seduce; es importante penetrar en la efervescente vida de los habitantes de una asombrosa ciudad, en el espíritu del lugar que anima y contribuye a la autenticidad y a la belleza de México, Patrimonio de la Humanidad.
Patrimonio de la Humanidad no es una distinción de marketing, no es una distinción de comunicación, no es la idea reciente de “maravilla del mundo”, es una apuesta, ante todo, para una ciudad más humanista, más inclusiva, más resiliente, como la Agenda 2030 en su objetivo de Desarrollo Sostenible lo dice… el objetivo de Desarrollo Sostenible 11, para lograr un Desarrollo Sostenible.
En este universo fabuloso, los mundos prehispánicos y nativos, europeos, americanos, paganos, cristianos, ricos o pobres, oriundos o migrantes, se codean; si bien, México es una ciudad multifacética por excelencia y un crisol de culturas y de fuerzas diversas, todos conviven en una armonía sorprendente, el secreto es la fuerza de su cultura que se recrea constantemente, que es un extraordinario cemento social.
En este sentido, quisiera entender más y quisiera invitar a esa reflexión de entender más lo urbano y sus procesos evolutivos, que se han convertido en el reto más importante que la humanidad tiene frente a sí; entre desafíos e incertidumbres, hoy las ciudades del mundo son, más que nada, un inmenso espacio de aprendizaje, una constante oportunidad para vivir en el bien común.
Quisiera destacar que el Artículo 12 de la Constitución de la Ciudad de México declara que la ciudad garantiza el Derecho a la Ciudad, que consiste en el uso y el usufructo pleno equitativo de la ciudad, fundado en la Justicia, Democracia, Igualdad, con respeto a la Diversidad Cultural del medio ambiente.
Es importante destacar que en Ciudad de México es pionera en el mundo porque incluyó, por la primera vez, el Derecho a la Ciudad en su Constitución; en este sentido, el reconocimiento de la diversidad cultural garantiza la adopción de políticas que reconozcan la pluralidad; la cultura es, además, el medio idóneo para incentivar la creatividad de la ciudadanía y aprovecharla en su beneficio propio; los espacios públicos que albergan actividades culturales se transforman en espacios donde la ciudadanía convive, dialoga y se conoce a sí misma.
Asimismo, hoy en la Ciudad de México se hablan más de 55 lenguas indígenas, sobre 68 que tiene a nivel nacional.
Hoy nos reunimos aquí para celebrar el 34 Aniversario de la Inscripción de la Ciudad de México en la Lista de Patrimonio Mundial; que esta celebración sea la antesala de la que nos avecina ya muy pronto, me refiero al 50 Aniversario de la Convención del Patrimonio Mundial de donde surge, justamente, la lista de la que la Ciudad de México es parte.
Hoy el patrimonio mundial es una herramienta importante para fomentar la Inclusión Social; los Centros Históricos se encuentran, en la actualidad, en amplia serie de amenazas: la organización descontrolada, el despoblamiento, la sobre utilización comercial de sus espacios, la especulación inmobiliaria, el turismo masivo, la marginación social, la inseguridad, por mencionar algunas.
Frente de ello, la UNESCO formuló la recomendación sobre el paisaje urbano histórico que consiste en el camino para incorporar las dinámicas sociales y económicas que les dieron forma a las ciudades dentro de sus Programas de Conservación de Patrimonio, considerando a este como medio en el que se desenvuelve la vida de la ciudadanía que le ha dado forma; no podemos ver a la ciudad como una serie de monumentos, sino como un paisaje urbano y ciudadano.
En México hemos tenido la oportunidad de implementar dicha recomendación de los Centros Históricos de la Ciudad de México y también lo hicimos con Guanajuato, Querétaro y Puebla.
Por eso, es también un honor recordar que apoyamos a la restauración de varios monumentos de la ciudad que fueron afectados por, justamente, el sismo del 2017: El Oratorio de San Felipe Neri y la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto.
En el futuro inmediato las ciudades más exitosas serán aquellas que tengan mayor capacidad de residencia; la Ciudad de México tiene dentro de sí el potencial de autosuficiencia, pocas ciudades en el mundo cuentan con la posibilidad de generar, al interior de sí misma, una estrategia de autosuficiencia alimentaria y de gestión del agua, como la Ciudad de México en su zona lacustre de Xochimilco.
No debemos olvidar que originalmente, fue Xochimilco y su capacidad de producción alimentaria lo que hizo posible lo que hoy parecía un sueño descabellado: la fundación de una ciudad en el medio del agua.
Ciudad de México y Xochimilco, con sus chinampas, son un extraordinario reservario de conocimientos tradicionales que hoy hay que preservar y valorizar; hoy es importante vincular esa Declaratoria, como lo decía el alcalde de Xochimilco, con otras prestigiosas como SIPAM o RAMSAR.
A 34 años de distancia considero importante destacar que el papel toral de México en la conceptualización de los ideales de la UNESCO, en el impulso de la cooperación cultural a lo largo de todos esos años; no por nada el próximo año, en septiembre de 2022, esta ciudad volverá a ser el centro mundial de la reflexión del sector cultural internacional con la celebración de la Conferencia Mundial Sobre Políticas Culturales para el Desarrollo Sostenible, “Mondiacult 2022”, a 40 años de su primera edición, por allá del año 1982.
Felicidades a todos y a todas; a todas y a todos los capitalinos y habitantes de la Ciudad de México, que la historia continúe siendo larga y que el diálogo nos mantenga solidarios y diversos.
Y, como decía Octavio Paz, en su poema "Hablo de la ciudad": “Que México sea la ciudad que todos soñamos y que cambia sin cesar mientras la soñamos”.
Muchas gracias.